Semblanza
El 24 de enero de 2020, el Dr. Víctor Valdés López impartió el coloquio “El último de los homíninos” en el Auditorio Marcos Moshinsky del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM. El ponente fue profesor titular del Departamento de Biología Celular de la Facultad de Ciencias de la UNAM, adscrito al Laboratorio de Biología Molecular y Genómica, hasta 2017. Realizó sus estudios de licenciatura, maestría y doctorado en la UNAM. Tiene más de 50 artículos de investigación y capítulos de libros publicados. También ha escrito varios artículos de divulgación de la ciencia. Además, ha impartido más de 180 conferencias de investigación y de divulgación, tanto fuera como dentro de la UNAM. Sus áreas de trabajo han abarcado desde el metabolismo del hierro y la diferenciación de células sanguíneas en mamíferos, hasta la biología molecular de plantas y la genómica evolutiva y comparada.
El ABC del ADN
En la introducción de la plática, el Dr. Valdés inició diciendo que hablaría de los genes ancestrales, de lo que le hubiera gustado saber a Charles Darwin acerca de la evolución molecular pero, sobre todo, de los momentos en que hubo cambios genéticos importantes en el proceso evolutivo del humano. De acuerdo con el Dr. Valdés, la historia de la biología molecular inició cuando Watson y Crick, en 1953, publicaron un artículo donde proponen la estructura del ácido desoxirribonucleico. Es importante señalar que, aunque Valdés no lo mencionó en su coloquio, hoy en día se le da crédito a Rosalind Franklin por el descubrimiento de la estructura del ADN, gracias a una fotografía que tomó con rayos X, que se conoce como “fotografía 51”, y que fue la base para el artículo que publicaron Watson y Crick en 1953.
El modelo del ADN tiene una estructura de doble hélice, y en las dos hélices hay unidades llamadas nucleótidos, que están compuestos por cuatro bases: adenina, guanina, citosina y timina. A partir de esta estructura podemos entender cómo se pasa la información genética a padres a hijos. Algunas veces hay mutaciones al azar cuando se transmite la información de generación en generación. Estas mutaciones son la materia prima de la evolución: es lo que permite que haya variabilidad y que haya procesos de especiación o filogenia. Por otro lado, Valdés también mencionó a las proteínas, que son los efectores de todo lo que hacemos. Tienen estructuras tridimensionales complejas y están hechas de aminoácidos.
Darwin y la genómica
Valdés abordó el tema de la historia evolutiva humana. De acuerdo con él, uno de los primeros resultados que se obtuvieron a partir de la secuenciación del genoma humano fue que los humanos tenemos 99.9% de identidad, independientemente de si tenemos un fenotipo maya o europeo. Valdés señaló que, aunque podría parecer que los humanos somos muy parecidos unos a otros, tenemos gran variabilidad como población. El tema de la variabilidad tiene que ver con los estudios que realizó Charles Darwin, pues el naturalista británico concluyó que en las poblaciones existe variabilidad genética. Esta variabilidad es el resultado de la selección natural. El ponente mencionó que cualquier población se puede dividir en dos partes, que tienen un ancestro común, de acuerdo con las características anatómicas morfológicas. En el caso de los humanos, el registro fósil de los cráneos que se han encontrado permite construir un árbol de la evolución del linaje humano. Para ilustrar esto, Valdés presentó un esquema del espacio de tiempo aproximado ocupado por los homínidos mejor estudiados. Mostró un cuadro en el que se presentaba el último ancestro común que tienen los humanos y los chimpancés, y el momento en que los humanos empezaron a caminar erectos.
Por otro lado, el biólogo comentó que las moléculas se pueden usar como documentos de la historia evolutiva. Éstas nos pueden servir como marcadores fenotípicos para hacer un árbol evolutivo. En él, es claro que los repertorios genéticos de las tenias y de los seres humanos no es muy diferente.
El chimpancé que todos llevamos dentro
El microbiólogo estadounidense Carl Woese identificó tres dominios: bacteria, arquea y eucaria. Para estudiarlos, creó un esquema que proporciona una constelación genómica y que nos permite ver cómo se ubican los seres humanos respecto al resto de las especies. Nuestros parientes más cercanos son los chimpancés. Valdés mostró una imagen con un cráneo de chimpancé y un cráneo humano, donde se ven diferencias morfológicas claras. Sin embargo, hay solamente un 1% de diferencias a nivel molecular. Los genetistas estadounidenses Allan Wilson y Marie Claire King hicieron una propuesta para explicar estas diferencias, que de acuerdo con ellos, están asociadas con los cambios en la expresión de la regulación génica. De acuerdo con él, una de las diferencias obvias es la diferencia en la cantidad de pelo de los chimpancés y de los seres humanos; otra es que los humanos podemos correr grandes distancias, mientras que los chimpancés no son capaces de hacerlo.
El neandertal que (casi) todos llevamos dentro
En el camino evolutivo de los seres humanos está el hombre de neandertal. En África, hace 600,000 años, los neandertales de África ya utilizaban el lenguaje. Humanos y neandertales tenemos un ancestro común de hace 600,00 años y la identidad genómica es 99.7% Se ha encontrado genoma de neandertal en algunos individuos modernos que no tenían ascendencia africana. Se sabe que el neandertal europeo ocupó cavernas, como la caverna de Brunick, donde construyó distintas cosas, y donde usó el fuego hace 175 mil años.
Urgente integrar visiones críticas al recuento de la biología de la familia humana
Al final del coloquio Valdés también señaló que a partir del Homo erectus iniciaron las migraciones de humanos desde África, pero hoy, a partir de los estudios de ADN podemos rastrear “qué tipo de individuo tenemos”. Él propuso como ejemplo la imagen de un niño “con un fenotipo claramente indígena, que es un mestizo mexicano”. De acuerdo con él se puede identificar dicho fenotipo con marcadores mitocondriales específicos, que provienen de África y Europa. Valdés citó a José Vasconcelos quien dijo que “los mestizos mexicanos somos la raza de bronce, como un crisol de razas”.
Durante éste y otros momentos del coloquio, el público cuestionó fuertemente al ponente sobre la pertinencia de hablar de fenotipos específicos de ciertos grupos culturales, pues hoy en día se considera que esto corresponde una construcción social, que puede resultar ofensiva e incluso racista.
Aunque esto no se mencionó en la plática, hoy en día hay varios estudios sobre el tema, desde el punto de vista de la filosofía de la biología, que cuestionan la validez del concepto de “mestizo”, tanto desde el punto de vista cultural, como científico. Un ejemplo de ello es el artículo “Scientific approaches to the Mexican mestizo” de Carlos López Beltrán y Vivette García Deister, donde se menciona que la categoría colonial de mestizo “fue una herramienta ideológica que le dio forma a la identidad en el México postrevoluncionario. Las diferencias entre mestizos e indios funcionaron para organizar las interacciones políticas y étnicas del estado”. En el texto, donde se describen las interacciones entre las encarnaciones científicas e ideológicas del mestizo, los autores señalan que “hoy en día el mestizo en México es una construcción ideológica, profundamente arraigada y compleja, cuyos aspectos culturales se encuentran bajo escrutinio. Hay una creciente percepción entre algunos investigadores de que como un constructo de la identidad, la idea del mestizo está sin duda alguna en declive y crisis, pues su supuesta uniformidad etno-racial no corresponde a la diversidad evidente de nuestro tiempo, y las formas de xenofobia que esconde se han vuelto indefendibles”.
Referencia: López-Beltrán C; García-Deister, V. “Scientific approaches to the Mexican mestizo”. Historia, Ciencias, Saude Manguinhos, vol.20 no.2 Rio de Janeiro April/June 2013. En: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-59702013000200391&lng=en&tlng=en
Texto: Dra. Gabriela Frías Villegas (UCC-ICN)
Imágenes: Afan por saber. https://afanporsaber.com/el-arbusto-evolutivo-4-homininos-de-transicion#.X0R0wtNJvUI